Llamada para el Rojava

Llamada para el Rojava
Durante los últimos años en el Rojava (Curdistán Occidental) se está llevando a cabo un proceso de transformación política y social tajante y radical. Desde que el conflicto en Siria se ha intensificado y transformado en una guerra civil, el movimiento curdo, liderado por el PYD (Partido de Unión Democrática), ha alcanzado controlar la mayor parte de la región curda del país. En noviembre de 2013, el PYD estaba listo para declarar la autonomía y propuso una carta constitucional llamada “Carta del Contrato Social”.
La revolución popular en Rojava constituyó una región autónoma, que incluye tres cantones, cada uno de los cuales con un gobierno autónomo y democrático. El cantón de Cizire declaró su autonomía el 21 de Enero, el cantón de Kobane el 27 y finalmente el cantón de Efrin el 29 de enero. Los cantones se regulan con asambleas populares y órganos de auto-defensa, el YPG (mixto) y el YPJ (constituido por mujeres).
Tras una larga época de silencio mediático acerca de la situación en Rojava, en los últimos meses la ciudad de Kobane, capital del cantón homónimo, ha captado esporádicamente la atención de la prensa y televisión. El asedio de IS a la ciudad, que ha perdurado durante 130 días, se ha terminado. La ciudad de Kobane, hoy es libre, sin embargo los combates no se han acabado. Y desde luego no se han terminado las confabulaciones de la Turquía y otras potencias regionales con IS.
Estamos convencidos de que la guerra actual no es una guerra en contra la de región o sus habitantes, sino que es una guerra en contra de los potenciales que constituye la experiencia de autonomía del Rojava, que no es un estado por un pueblo, sino que una experiencia de autogobierno para todas las comunidades que viven en el territorio.
El pueblo curdo no está luchando para crear un estado con banderas, fronteras y policía, están resistiendo para afirmar su libertad a autogobernarse como “confederación democrática”.
Incluso en época de guerra, la sociedad de Rojava siguió luchando para superar las diferencias de género en la vida cotidiana y para superar un modelo machista y patriarcal; y además siguieron asumiendo responsabilidad con el medio ambiente y defendiéndolo de las agresiones del capitalismo que sobreexplota los recursos naturales.
Desde que ha empezado la guerra, más de 100 mil personas han escapado de Kobane y 30 mil de los pueblos de los alrededores de la ciudad. Al día de hoy en la provincia de Urfa (en el sur-este de la Turquía) hay 150 mil prófugos y en la zona de Suruc-Aligor los prófugos llegan a 50 mil. Se responde a las necesidades de sobrevivencia mediante los mecanismos de la autogestión y el apoyo de pequeñas organizaciones locales. A Suruc hay 5 campos prófugos y en otro, todavía en construcción, ya viven cerca de 10 mil personas, mientras otras 20 mil viven en la calle o alojadas por familias locales.
En los campos de refugiados se necesita de todo, por esto queremos arrancar, desde Turín, nuevas formas de solidaridad activa con la revolución del Curdistán occidental. Por esta razón hemos decidido constituir la asamblea abierta “Caravana para el Rojava”, con el fin de sostener la experiencia de lucha y autogobierno en Rojava, construyendo solidaridad coherente con nuestros métodos de lucha y autogestión.
Las necesidades más urgentes conciernen exigencias médico-sanitarias y, por supuesto, recursos económicos. Con respecto a la cuestión sanitaria están naciendo comunicaciones y colaboraciones con otras realidades curdas e italianas para determinar las formas mejores de ayuda.
Queremos organizar un viaje al territorio la próxima primavera y, además estructurar una serie de encuentros y eventos para proporcionar contra-información y recolectar fondos que financien los proyectos que, juntos con las personas que viven en el área, se consideren más urgentes.
Apoyamos la resistencia en Rojava, apoyamos a los prófugos de los campamentos en territorio turco, apoyamos esta lucha, porque sostenemos el proyecto político y social en el que se funda, y queremos organizar un apoyo, capaz de ser práctica política y social real, convencidos de que no hay Solidaridad sin Rebelión.